3 oct 2013

PROVINCIA DE BUENOS AIRES: COLUMNA DE OPINION

COLUMNA DE OPINIÓN

La política argentina está demostrando una dinámica no comparable con  país sudamericano alguno y, con pocas referencias en otros países desarrollados del mundo. Esta dinámica, en realidad este anticipo, se está dando fundamentalmente y  como no podía ser de otra manera, en un partido  que es sinónimo de “movimiento político” cual es el peronismo.  

Esta dinámica inédita ya nos obliga, no obstante no haber concluido con las Elecciones Generales Legislativas del 27 de Octubre próximo,  reitero ya nos obliga  a adentrarnos en los laberintos de la ingeniería política con vistas a la presidenciable del 2015.

Esto es dable ver en el hecho que, teniendo como premisa el objetivo político premencionado, las distintas líneas peronistas están tratando  de fortalecer anticipadamente su representación,  mediante la búsqueda e individualización de  un “conductor” cuya sola presencia represente, por antecedentes y trayectoria,  los principios, ideales y pensamientos que han sido las banderas históricas del peronismo.

Un claro ejemplo lo tenemos en la calculada aparición de Sergio Massa, tratando de hacerse de la representación del peronismo opositor al oficialismo. Sus antecedentes liberales y su súbita “conversión” de oficialista a opositor, lo ubica rápidamente como un  oportunista de la política, que en esta oportunidad, salta al escenario político explotando entre otras cosas, su juventud, el marketing publicitario y mostrando sólo una cara del Municipio de Tigre que encontró con obras a estrenar, gracias a los emprendimientos de Hubieto, su antecesor. 

En tal sentido, es todo una incógnita su accionar futuro en el Congreso pero, podemos reiterar su característica de oportunista de la política si nos atenemos a sus dichos: “Después del 10 de Diciembre voy a decidir si soy opositor u oficialista”.

Una muestra de su búsqueda oportunista de consenso peronista, es el  súbito acercamiento producido con Carlos Reutemann, acercamiento que no produce ningún entusiasmo en el espectro peronista, ya que Reutemann por sus reiteradas muestras  de inseguridad y falta de  convicción personal, ha dilapidado y desperdiciado las  muestras de consenso que le expresó en no pocas  oportunidades  el peronismo en general;  manifestaciones a las que respondió con el exceso de prudencia, o mejor digamos, con la apatía que lo caracteriza;  actitud no compatible con la idea e imagen que el peronismo tiene de su “conductor”. 

No siendo por lo tanto, la opción más potable para una fórmula presidencial, más si tenemos en cuenta que Reutemann perdió en su provincia a manos del socialismo.

También debemos tener en cuenta que, actualmente, estamos ante una elección legislativa. 

Que el oficialismo va a conservar su mayoría parlamentaria y que, pese a lo que los distintos partidos y/o alianzas políticas opositoras al gobierno pretendan hacer creer al electorado,  después de estas elecciones no va a gobernar la oposición, porque quien gobierna es el Poder Ejecutivo.

Si Massa pretende ser candidato presidencial, además de sumar apoyos, deberá mostrar un mensaje categórico sobre qué orientación tomará La Argentina; esa definición pasa por dos campos muy concretos y simples a saber: a) cómo serán las reglas económicas para trabajar en el país;  y, b) con quién se asociará internacionalmente la Argentina. Esto es decisivo.

Para estas definiciones Massa puede tener el discurso, pero le falta la convicción en sus dichos, lo cual se trasunta y refleja en sus expresiones corporales. Todo lo cual lo transforma en sólo una burbuja política al igual que De Narváez donde, con el correr de los días hasta peligra su  propia candidatura como primer candidato a diputado nacional por el frente que encabeza, siendo que hace sólo 4 años, superó el 33% de intención de voto.


Pienso que, luego de haber transitado por las opciones y representaciones políticas tradicionales, el país y su gente debe mirar y buscar dentro de si a las personas que con sinceridad, entrega, abnegación, patriotismo y verdadero nacionalismo, han vivido y viven construyendo cada día un país mejor para sus hijos y para las generaciones futuras. 

Si actuamos así, seguramente nos daremos cuenta a poco de observar, que estas personas no son otra que la siempre sacrificada y nunca bien reconocida clase trabajadora.

Ella ha conocido tiempos de condiciones de trabajo esclavo, ha conocido tiempos de humillación y privaciones, ha conocido tiempos de persecuciones, desaparición y muerte; pero también ha conocido tiempos de justicia social y laboral, de vacaciones pagas, de obras sociales y atención de la salud, de reconocimiento del aguinaldo, de lograr con el esfuerzo de  su trabajo una vivienda digna, de hacer estudiar a sus hijos y alcanzar aquel sueño de ”mi hijo el Doctor” y tantos y tantos estados de felicidad que hoy parecen cosas del pasado.

Considero que debemos darnos y darle esa oportunidad de dirigir los destinos de nuestra Patria a esa clase trabajadora que con su esfuerzo ha construido la riqueza que ha permitido a nuestro país, alcanzar ese sitial en el mundo que una vez supimos tener. 

El volver a desarrollar la cultura del trabajo, la protección de la salud, la asistencia y protección de nuestros niños y  mayores, entre tantos temas prioritarios, nos devolverá la alegría y el orgullo de ser Argentinos y alcanzaremos la grandeza de nuestra Patria y el bienestar de nuestro Pueblo.

POR DORA FONTANES

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