EL GOLPE DE CALOR
Y LA INSOLACIÓN
Ante las altas temperaturas que se vienen registrando, se tiene que conocer una serie de recomendaciones para evitar los golpes de calor y la insolación. Los ancianos y los niños son quienes deben recibir mayores cuidados
En primer lugar, es necesario saber que el golpe de calor es una enfermedad grave que produce un desequilibrio orgánico por temperatura elevada. Se ha comprobado que en el 90% de los casos ocurren cuando la temperatura húmeda ambiental alcanza 30º C o más.
Afecta por lo general a ancianos y lactantes que tienen un alto riesgo. El calor ambiental suele producir trastornos moderados como agotamiento por pérdida de sal y agua debido al incremento de la transpiración como respuesta al intenso calor. De ahí que el tratamiento esté dirigido hacia la reposición de líquidos.
En cambio, si produce un desequilibrio en los mecanismos de regulación de la temperatura corporal, esto predispone a las personas de todas las edades al desarrollo de un "golpe de calor", siendo en algunos casos una emergencia médica que requiere un rápido enfriamiento, usualmente aplicando hielo o con un baño de agua helada para prevenir un daño neurológico.
Los síntomas más comunes del golpe de calor son escalofríos, nauseas y vómitos, desorientación, fiebre (convulsiones en los lactantes y niños), inestabilidad en la marcha y pérdida de la conciencia en casos graves.
Ante estos síntomas hay que realizar un enfriamiento inmediato con compresas frías en ingles, axilas y cuello.
Además, hay que ventilar al paciente, darle bebidas frías y ligeramente saladas y concurrir urgentemente a un centro asistencial para la consulta con el médico.
La insolación, por otra parte, es un conjunto de síntomas que presenta una persona, producidos por la acción del calor solar en forma directa sobre la cabeza y en cuerpos mal protegidos y que permanece largo tiempo expuesto al sol.
Los síntomas son piel roja, caliente y seca, mareos y vómitos, sed intensa y congestión del rostro.
Se recomienda no exponerse a los rayos solares en forma prolongada entre las 11y las 17 y utilizar protector solar 20 minutos antes de exponerse al sol y en todo el cuerpo. Es recomendable volver a aplicar el protector cada dos horas y el factor de protección debe ser superior a 30, de esta manera se garantiza la prevención del cáncer de piel.
Durante el tiempo de altas temperaturas se recomienda beber bebidas frías, alimentarse de manera liviana, usar ropas claras y frescas y no movilizarse en las horas pico si no es necesario.
Y si se realiza actividad física, por la gran pérdida de líquido por la transpiración, es aconsejable ingerir líquidos durante y después de dicha actividad.
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