31 mar 2011

San Isidro: Columna de Aurora Bastidas, Concejal

 Columna de Aurora Bastidas Alcacer


La Historia de la  Humanidad  es una historia de repartos de poder y jerarquías. La mujer no podía estar afuera de esta lucha. Los movimientos de mujeres a través de los tiempos han tendido a destruir la idea de una relación jerárquica entre los sexos a veces con éxito y a veces no.

Y como la relación entre hombres y mujeres es nuclear en la vida social, este movimiento ha afectado toda la vida social.


No hace falta irnos muy lejos, hasta la  segunda guerra mundial  el varón tenia dominio sobre la mujer y los hijos. 

Ambos estaban a su servicio.

Ya sobre los sesenta con el mayo francés, los movimientos hippies y la guerra fría encontramos que los varones de esta generación son màs permisivos que la anterior, los hijos tienen más libertad y el rol de la mujer tiene más aceptación. 


Durante muchos años la mujer fue acumulando obligaciones trabajaba y no tenía tareas ajenas a lo laboral  y es ahora en nuestros tiempos donde la mujer acompaña también al varón no solo en el trabajo sino en los lugares de ocio, Clubs , deportes etc.  

La mujer trabaja y va ganando terrero donde antes no podía .


Con este cambio en Mujeres y jóvenes los Hombres y padres se ven obligados a vivir distinto.

No es fácil pero se van socavando ideas de dominación. 

Como todo es cultural lleva un periodo extenso acostumbrarnos a ver las cosas distintas y darle un enfoque de género.


En este contexto cultural y con mucho  trabajo por parte de las mujeres  y los movimientos femeninos aparece Evita para plasmar en la realidad y en la acción todas las ideas que integran a la mujer a la sociedad de distinta manera.


Decía Evita: 'Todo absolutamente todo en este mundo contemporáneo ha sido hecho según la medida del hombre. Nosotras estamos ausentes en los parlamentos. En las organizaciones internacionales. No estamos ni en el Vaticano ni en el Kremlin. Ni en los Estados mayores de los imperialismos. Ni en los grandes consorcios. Ni en la masonería ni en las sociedades secretas. No estamos en ninguno de los grandes centros que constituyen un poder en el mundo' ('La razón de mi vida').


A instancias de Evita lo más trascendente en materia de genero fue la incorporación de la mujer a la vida cívica, estableciéndose en 1947 mediante la ley 13.010 el derecho al voto. Paradoja.

 En 1952, veintitrés diputadas y seis senadoras ocuparon bancas en el Parlamento.
Lo suyo fue una forma de gestión popular basada en el principio de solidaridad y no en el de caridad. Alentaba el desarrollo de la persona humana antes que el asistencialismo.

Los gobiernos peronistas fueron los que más han impulsado medidas que han llevado a la mujer al lugar de paridad con el hombre que le corresponde.


En momentos de graves crisis sociales como la que vivimos actualmente, quienes toman las decisiones en el Estado, debieran fortalecer el énfasis en la incorporación de la problemática femenina en las políticas públicas.

Es imposible pensar seriamente en reducir en forma sustancial la pobreza y la violencia sin incluir como un objetivo central mejorar el bienestar de las mujeres y ampliar sus oportunidades políticas, sociales y económicas.

La "pobreza" tiene múltiples dimensiones y no puede ser pensada sólo como insuficiencia de dinero.


Tomando como ejemplo las familias uniparentales que ya no son la excepción, la mayoría de ellas están encabezadas por una mujer.


El número de familias mantenidas por mujeres aumentó de 19% en 1980 al 40 % en la actualidad, con tendencia creciente.

La desventaja de un grupo familiar donde ingresa un solo salario y la misma persona debe hacerse cargo de las tareas domésticas, es obvia, cualquiera sea el sexo de quien es cabeza de familia. Sin embargo, la cifra de familias pobres se incrementa del 40% al 60% cuando la encabeza una mujer.


Al no poder hacerse cargo de la mayor carga de trabajo, delegan el cuidado de los niños pequeños en sus hijas mayores que no están en condiciones emocionales de hacerse cargo de la crianza y terminan  abandonando sus estudios.

Como consecuencia, la privación y la pobreza se transmiten intergeneracionalmente de madre a hija, de mujer a mujer.


Sin embargo, está demostrado que los recursos de las mujeres se destinan casi exclusivamente a su grupo familiar.

La diferencia en la forma en que distribuyen los recursos escasos las mujeres y sus contrapartes masculinas sugiere que los ingresos devengados a las mujeres generan mayores beneficios sociales y por sobre todo, tienen un efecto inmediato en el bienestar de sus hijos.


No es difícil entender que no existe desarrollo humano posible si no se considera en las políticas públicas la particular relación entre la condición de mujer y la pobreza.

Por estas razones, empoderamiento individual y colectivo de las mujeres se incluye doblemente como un objetivo esencial de la Justicia Social.

Es insuficiente ser ejecutoras de proyectos de desarrollo sin tener acceso a la toma de decisiones al más alto nivel.


En esto influye la falta de compromiso real de algunos funcionarios políticos, Pero hemos logrado instalar en el discurso de la dirigencia por lo menos alguna referencia a la importancia de la problemática.

Sabemos que la pobreza es femenina, que la violencia es femenina y que hay muchas cosas para tratar y que, si bien estamos muy lejos de las operarias que en 1908 quedaron encerradas en la fabrica textil, la lucha sigue por otros caminos, porque la violencia en estos momentos contra la mujer es política, económica.
  

Los actos de violencia no sólo producen daño, sufrimientos o muertes para cada mujer, que la padece, sino que además tiene un costo social incalculable,

El 78 % de las víctimas tiene algún problema de salud, a saber:
Trastornos del sueño, de la alimentación, dolores de cabeza, hipertensión o, incluso, intentos de suicidio.


Investigaciones en EEUU sostienen que las mujeres golpeadas tienen 4 a 5 veces mayor probabilidad de necesitar tratamientos psiquiátricos.

La relación entre maltrato y disfunción psicológica tiene importantes implicancias con respecto a la mortalidad femenina debido al riesgo aumentado de suicidio.


No hay tema más sensible y a la vez más difícil de combatir y de tratar.

Porque en casi todos los casos hay que denunciar a un ser querido.


La violencia social se manifiesta de diversas maneras, y  la violencia doméstica es la más dramática, ya que existe dentro del hogar, en nuestro espacio idealizado de afecto y amparo. Cuestionando esta realidad nuestra cultura, valores y creencias;

Para las mujeres, paradójicamente, la casa entraña mayor riesgo que la calle.


Que los agresores por lo general son personas que pasan desapercibidas, siendo familiares o amigos, y una parte considerable de las violaciones sexuales se producen en espacios conocidos por la víctima, como son su propia casa, la escuela, la casa de parientes o vecinos, y no en la calle como comúnmente se presupone.


La violencia se aprende, se reproduce, va de la casa a la calle transformándose en violencia social.


El 61 % de las víctimas de violencia relatan que en sus familias de origen han sufrido algún tipo de violencia: física, psicológica, abandono, violación o abuso sexual.


La transmisión de la violencia de una generación a otra y del hogar a la calle son razones indiscutibles para adoptar medidas orientadas a reducir la violencia doméstica cuando la meta última es reducir la violencia social.


Ayudar a las mujeres a romper el círculo de la violencia intrafamiliar es una tarea del municipio que son los gobiernos de cercania.


Tenemos entre otras leyes la ley de Violencia Familiar Nro. 12569 de la Provincia de Buenos Aires, y la "Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer", adoptada por la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos, el 9 de junio de 1994, y ratificada por nuestro país el 5 de julio de 1996 mediante Ley Nacional número 24.632.
 
   Y aún no se han ejecutado las premisas establecidas en el Art.20 de la ley de Violencia Familiar Nro. 12569 que establece “… Generar con los Municipios y las Entidades Comunitarias casas de hospedaje en cada comuna, que brinden albergue temporáneo a los niños, adolescentes o grupos familiares que hayan sido víctimas…”; 
 
Socialmente la violencia familiar, aunque existe y está presente, no es relevantemente mencionada, y es incluso ocultada. Sabiendo que existe desde tiempos remotos, pero que recientemente ha comenzado a ser considerada como un problema social grave, 206 mujeres quemadas es una muestra para visibilizar el tema.


En nuestro país miles de mujeres mueren, son golpeadas o abusadas todos los años. Es difícil saber exactamente cuantas. Las estadísticas a nivel nacional y provincial están dispersas, en la mayoría de los casos se trata de cifras aproximadas.


En La Provincia de Buenos Aires se registraron 4148 casos de violencia familiar, 1616 casos de abuso sexual.


Al mismo tiempo  5200 mujeres fueron atendidas en hospitales públicos por violencia de género, 3200 de ellas viven con sus parejas. 


En los primeros seis meses del año 2010 en el paìs hubo 126 casos de femicidios, 43 de ellos se registraron en la provincia de Buenos Aires.


Por estos datos   instalar el tema en la agenda de los gobernantes, no es un tema menor.
  
La intervención estratégica del Estado, la comunidad y las organizaciones pueden salvar vidas, reducir el daño y aliviar los efectos a largo plazo de la victimización de las mujeres y de sus hijos;

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente nota pero un poco fuerte las fotos

Pato